Quién más y quien menos, sabe que el epicentro mundial de la pornografía está en Los Ángeles. Sin embargo, muy pocos sabrían decir con exactitud el nombre del barrio angelino donde se producen los principales largometrajes eróticos a nivel mundial. Si te consideras una persona que domina este género debes saber que del valle de San Fernando de Los Ángeles, surgen la mayoría de las escenas con las que te masturbas.
San Pornando Valley: localización e historia
Casi todas las grandes producciones de cine para adultos, así como las principales empresas relacionadas con este sector se concentran en un pequeño valle residencial del norte de Los Ángeles denominado "San Pornando Valley". En realidad este nombre tan peculiar es solo una denominación vulgar inventada por la industria porno para referirse al distrito del valle de San Fernando. Como ya habrás podido adivinar, este nombre tan "pintoresco" es el resultado de la unión de varios apodos. Por un lado, "Pornando" (Porn+Fernando) y por otro, "Valley" (Silicone Valley).
San Pornando Valley es una región pionera en la producción de películas triple X, así como en otros servicios relacionados como las cams porno, las revistas eróticas y las tiendas de juguetes sexuales. En esta área, durante finales de los 60 y principios de los 70, se establecieron infinidad de compañias cinematográficas de pornografía, emulando de esta manera a su pariente del cine convencional de Hollywood. Revistas como AVN y la mayoría de las distribuidoras de vídeos porno tiene también sus oficinas en este sitio. Asimismo, muchos de los protagonistas de las películas y de las cams porno tienen su residencia en este valle, dando lugar a una auténtica comunidad porno dentro de Los Ángeles.
En cuestión de unos pocos años San Pornando Valley paso de ser un barrio residencial como cualquier otro a ser la cuna de la pornografía mundial. Según varias fuentes y estudios que se llevaron a cabo durante los 80 y 90 en esta región, casi el 90% de todas las películas pornográficas filmadas en Estados Unidos se rodaron aquí. Durante los noventa, edad de oro del porno en VHS, en el valle de San Fernando vivían 20.000 personas de este negocio directa o indirectamente. En aquellos años se estimaba que la industria del cine para adultos generaba entre 4 y 10 mil millones de dólares cada año. Sin embargo, como ocurre con todo en esta vida "lo buen siempre se acaba".
Tras décadas de pujanza, la industria pornografía comenzó a declinar en todos partes del mundo por la aparición de los sitios webs gratuitos con contenido para adultos, las cams porno y sobre todo, el pirateo. Sin embargo, donde más se hizo notar esta caída en las ventas fue en San Pornado Valley. En la capital mundial del porno decenas de compañías tuvieron que cerrar de la noche a la mañana dejando a cientos de trabajadores en el paro. Para el año 2007, se estimo que los ingresos de las grandes productoras de porno habían disminuido entre un 30% y un 50% respecto a la década anterior. Actualmente, el número de películas porno de nueva producción que salen de San Pornando Valley apenas representa la mitad (entorno a 5000 títulos al año) que hace 30 años, pese a disponer de muchos más medios que entonces.
Las grandes compañías han tenido que diversificarse desarrollando sus propias plataformas en Internet, donde sus productos solo se pueden disfrutar mediante pago previo. También se da el caso de empresas que han dejado por completo de lado el rodaje para centrarse en el mundo virtual, a través de portales con contenido para adultos y cams porno.
Además de enfrentarse a este tipo de problemas la industria porno de la región tiene que hacer frente a otras dificultades. El problema más importante y, que siempre ha acompañado a este género, es el contagio del VIH. Desde que se conocieran los casos de John Holmes y Sharon Mitchell, la industria a tomado muchas medidas para controlar el contagio, principalmente, a través de controles médicos a los actores. También se intento implantar el uso de condón en los rodajes de manera obligatoria a finales de los noventa, pero esto trajo consigo perdidas por valor de millones de dólares. Quienes consumen pornografía no quieren ver preservativos en las escenas.
Por otra parte, las autoridades de la región han elevado los costes de producción muchísimo, lo que está obligando a las empresas a buscar otros sitios donde rodar sus películas. Entre las alternativas que están barajando las cinematográficas se encuentran: Long Beach, Pasadena, San Francisco, Miami o Nevada. Con todos estas cuestiones sobre la mesa, San Pornando Valley, se ve envuelta en una encrucijada que la obligara a reinventarse o bien a desaparecer. A pesar de ello la industria porno en San Fernando Valley sigue siendo multimillonaria y cerca de 300 productoras tiene sus oficinas en este valle.