Durante toda la historia las dictaduras fueran de derecha o de izquierda se han caracterizado por una cosa, la censura hacia sus ciudadanos. Censura en la prensa, en la televisión, en Internet, en la política o en el trabajo, pero también, censura con todo lo relacionado con la pornografía. Un claro ejemplo de la censura de contenidos eróticos lo pudimos observar en los países de Europa oriental antes de la caída del Muro de Berlin. En todos estos estados socialistas quienes eran descubiertos utilizando o comerciando con materias pornográfico, rápidamente eran juzgados y en muchos casos las condenas conllevaban meses de prisión.
En la antigua Unión Soviética, principal potencia del bloque comunista, la pornografía era vista como algo inmoral e ilegal ya que los comunistas consideraban que se trataba de otra forma de negocio privado en el que se explotaba la condición humana. Los soviéticos eran muy críticos con las películas pornográficas pues para ellos este tipo de material reducían a la mujer a un simple objeto del hombre y al igual que la prostitución, eran fruto de la decadente sociedad capitalista. Por su parte, en Alemania Oriental, el otro gran símbolo del comunismo, la pornografía aunque no solía implicar penas de cárcel, era vista como algo de muy mal gusto y un claro ejemplo de hasta donde llegaba la degradación del ser humano en las sociedades occidentales. Sin embargo, todo esta serie de prohibiciones y prejuicios morales no impidieron que la pornografía también se desarrollase al otro lado del muro, aunque, de una forma distinta y mas reducida.
DESARROLLO DE LA PORNOGRAFÍA COMUNISTA
El porno vio la luz en la Unión Soviética justo después de la Segunda Guerra Mundial, cuando la mayoría de las producciones - en secreto- eran destinadas al uso del Ejercito Rojo. Los soldados tenían que pasar meses e incluso años en los países ocupados, lejos de sus familias y esposas, por lo que para poder aliviar el deseo sexual de la tropa tras meses sin tener relaciones sexuales, se comenzaron a distribuir de forma secreta películas eróticas. Las grabaciones habitualmente estaban ambientadas en la vida comunista con títulos como: "Las alegres chicas de los Koljoes" o "A las barricadas mis concubinas". Se trataba de film de muy bajo presupuesto, casi siempre hechos en secreto y con un contenido sexual muy escaso.
Con el aumento de las tensiones entre soviéticos y norteamericanos cada vez eran mas real la posibilidad de una guerra nuclear, este hecho, fue determinante para que el porno en la Unión Soviética pudiera comenzar a expandirse de forma veloz y ya no solo dentro del ámbito castrense, sino por toda la ciudadanía. Para finales de los 50 y principios de los 60, en la Unión Soviética se habían construido millones de refugios nucleares de los cuales solo el 0.5% eran de uso militar. Los ciudadanos construyeron millones de refugios donde acumulaban víveres y medicinas, pero también, cintas eróticas para matar el tiempo mientras esperaban a que el invierno nuclear llegara a su fin. Según estudios recientes la construcción de estos refugios nucleares contribuyo a que se distribuyeran mas de medio millón de cintas pornografías solo en la Unión Soviética, una cifra bastante alta para un país donde era ilegal poseer este tipo de contenidos.
Mientras tanto, en la República Democrática Alemana, aunque sus lideres eras mas permisivos que sus homólogos rusos pues no existían las penas de cárcel para los que hacían uso de la pornografía, el porno seguía siendo un tabú. Sobre el papel en la Alemania Oriental no existía ningún tipo de institución que ofreciera cintas eróticas, revistas porno o juguetes sexuales. La única manera de conseguir este material era cruzando la frontera hacia la vecina Alemania Occidental, arriesgándose a ser arrestado. Sin embargo, el gobierno de la RDA organizaba todos los años una feria informativa sobre todo lo relacionado con el sexo y como formar una familia. Se sabe que algunos de los visitantes a estas ferias, de forma secreta, ofrecían encuentros sexuales en hoteles.
UN PORNO MUY LIGHT
Aunque finalmente ni el gobierno ni la policía, consiguieron erradicar la producción y el consumo de la pornografía en estos países, si influyeron de forma determinante en la forma de estos contenidos. Por ejemplo, el porno soviético era de carácter suave y completamente distinto del occidental. Las producciones no incluían escenas de sexo duro, doble penetración, BSDM o juguetes eróticos.
Lo mas común es que las películas estuvieran repletas de escenas sin contenido sexual y cuando por fin este veía la luz, lo hacia de forma rápida y sutil. Por ejemplo, cuando llegaba el momento del coito la cámara se centraba en los rostros de los actores y solo mostraba de forma rápida algunos planos de los genitales y la penetración. En la actualidad se han podido recoger miles de cintas y vídeos de la industria pornografía soviética y en la mayoría se ha visto que tenían un fuerte carácter de aprendizaje mas que de placer.