Las muñecas sexuales con inteligencia artificial
¡Bienvenidos a este controvertido, pero tentador y realista viaje! Hoy vamos a desentrañar todos los entresijos que rodean a la industria de los «sexbots» o muñecas sexuales que incorporan IA en su fabricación. Analizaremos de manera meticulosa el inevitable auge de la inteligencia artificial en nuestra vida íntima y veremos cómo esta influye en nuestra vida personal. También trataremos aspectos más controvertidos de este sector, como las normas sociales y los límites éticos respecto a los «sexbots» con IA. Los robots sexuales con IA son lo último en juguetes para el placer humano. Se trata de dispositivos con aspecto humano diseñados para proporcionar toda clase de experiencias sexuales. Sin embargo, también se utilizan como compañía humana. Las muñecas sexuales con inteligencia artificial poseen una gran variedad de características: apariencias físicas ultra-realistas, funcionalidades eróticas de todo tipo e, incluso, configuración de personalidades diferentes. ¡Conozcamos todo sobre este sector en auge!
Robots sexuales con IA: un vínculo íntimo con sus usuarios
Al igual que los chats de porno en vivo han cambiado nuestra manera de ver pornografía, los «sexbots» con IA están revolucionando la vida íntima de los seres humanos. Estos dispositivos de alta tecnología están viendo un incremento en su demanda sin precedentes. A medida que su popularización crece, también lo hacen el número de personas que está a favor y en contra de su uso. Ahora bien, ¿de qué estamos hablando cuando nos referimos a muñecas sexuales con IA? ¿Cómo va a evolucionar este mercado durante los próximos años? Respecto a la primera cuestión, simplemente pensad esto: los «sexbots» funcionan como el asistente virtual Alexa, pero con una finalidad sexual. Además, incorporan una “inteligencia emocional” que les permite imitar los rasgos humanos primarios. En relación con la segunda pregunta, veamos lo siguiente:
-Según un estudio de Transparency Market Research en 2023: la industria de los juguetes sexuales (juguetes sexuales, muñecas sexuales con IA, etc.) alcanzará un valor de 123.000 millones de dólares en 2026. Esta cifra equivale a aproximadamente el 10% del PIB de España en un año o a todo lo que generan las cinematográficas de porno durante doce meses.
-Una encuesta de la Universidad de Indiana en 2022: mostró que alrededor del 27% de los estadounidenses se muestran a favor del uso de los robots sexuales en su vida íntima.
-Según el portal Statista: durante el presente año 2024 los bots sexuales con inteligencia artificial representarán la mayor parte del crecimiento en la demanda de juguetes sexuales a nivel mundial. Concretamente, en países como Estados Unidos, Japón y Corea del Sur se espera que las ventas aumenten un 14% con respecto a 2023.
¡Definitivamente, podemos afirmar que las muñecas sexuales con IA tiene un futuro brillante por delante!
¿Cómo funcionan las muñecas sexuales con inteligencia artificial?
Las muñecas sexuales están fabricadas con un esqueleto de metal recubierto de silicona o TPE (elastómero termoplástico). Debajo de la silicona cuentan una gran cantidad de mecanismos que les permiten llevar a cabo todo tipo de movimiento y posturas. Por norma general, estos dispositivos sexuales se pueden utilizar mediante Bluetooth o Wi-FI. Es decir, como los juguetes lovense que podemos ver en las webcams porno. Sin embargo, los robots sexuales con inteligencia artificial son muchísimo más avanzados. Por ejemplo, los «sexbots» incorporan sensores en partes específicas (genitales, pechos, boca...), reconocimiento de voz, minicámaras colocadas en zonas estratégicas, dispositivos de control de presión (para detectar el tacto) y mucho más. Todas estas funciones se combinan de manera perfecta, dando lugar a robots con una capacidad de imitar el comportamiento humano sin igual.
Además, gracias a la inteligencia artificial las muñecas sexuales tiene la capacidad de analizar las preferencias y gustos sexuales de los humanos. ¡Ofrecen una experiencia íntima realista y enfocada de manera individual! Por supuesto, no es oro todo lo que reluce. Los bots sexuales con IA también tiene su lado negativo. No se pueden usar a la ligera ni en exceso. En lugares como Japón, los «sexbots» están siendo empleados de forma excesiva por los más jóvenes. Este fenómeno está provocando que muchos individuos estén perdiendo el interés en las relaciones sexuales con personas de carne y hueso. Más adelante abordaremos este tema y las precauciones que se debe tomar para evitar conductas problemáticas por el uso de estos dispositivos.
Muñecas sexuales con IA: seguridad y realismo
Los bots sexuales están más de moda que nunca por dos motivos: seguridad y realismo. Cuando nos referimos al segundo término, hablamos de que son juguetes sexuales que ofrecen una experiencia ultra-realista al usuario. Debemos tener en cuenta que estos dispositivos tienen la capacidad de reconocer el rostro de una persona, entablar una conversación, registrar preferencias sexuales y responder al tacto humano. Por lo tanto, estamos ante una máquina que nos ofrece una interacción muy similar a la que tendríamos con una persona del mundo real. Por no olvidar, que se adapta a las preferencias y gustos de cada individuo de manera tan eficaz como las modelos de los chats porno en vivo. ¿Qué alguien se siente atraído por el sexo anal, los juegos de rol o el bondage? ¡Basta con programar el sexbot para cada caso! Con relación a la seguridad, no hay mucho que decir. Simplemente que, al tratarse de relaciones con una máquina, el usuario evita cuestiones como los embarazos no deseados o la transmisión de ETS.
¿Cómo afectan las muñecas sexuales a las relaciones humanas?
Las tecnologías emergentes siempre han tenido un impacto en la forma en que los seres humanos interactúan entre sí (véase, el caso de las webcams porno en la interacción sexual a distancia). Los bots sexuales de IA no son una excepción a esta regla y ya están alterando las relaciones humanas. Los críticos argumentan que la sensación de apego emocional que ofrecen los robots puede afectar significativamente las relaciones humanas, lo que lleva a problemas como el aislamiento social y las expectativas poco realistas. Además, los usuarios podrían terminar confiando más en la compañía o la experiencia sexual proporcionada por los bots sexuales de IA en lugar de la interacción humana. Sin ir más lejos, una encuesta reciente reveló que el 25% de los usuarios adultos de Internet en Estados Unidos declararon que estarían interesados en usar un robot sexual de IA.
Por el contrario, hay personas que argumentan que los «sexbots» promueven una mayor exploración y liberación sexual en los colectivos que tiene problemas para mantener relaciones sexuales con otros. En última instancia, aún está por verse si estas tecnologías tendrán un costo negativo general en las interacciones humanas. Sin embargo, a medida que adoptamos nuevas fronteras tecnológicas, se vuelve cada vez más importante reflexionar sobre lo que tales desarrollos significan para nosotros como miembros de la sociedad, incluido el examen de las implicaciones positivas y negativas. ¡Exploremos esta cuestión en el siguiente apartado!
Robots sexuales con IA: legalidad y moralidad
Lo cierto es que no hay nada de ilegal en diseñar, desarrollar, fabricar, vender o comprar muñecas sexuales con inteligencia artificial. Se trata de dispositivos de placer que no juzgan a las personas por su raza, por su género o por su edad. Algo que sí suele suceder cuando, por ejemplo, contratamos un servicio de prostitución. No obstante, existe una preocupación creciente entre determinados sectores de la población por usar de forma indebida estos juguetes sexuales. Por ejemplo, un tema que está generando mucha polémica tiene que ver con las posibles violaciones de la privacidad de quienes adquieren estos productos.
Como estamos ante robots que nos ofrecen una experiencia personalizada, la mayoría se fabrican siguiendo las pautas que precisa el usuario. Esto significa que los fabricantes pueden acceder a datos confidenciales de sus clientes, como sus preferencias sexuales o el tamaño de sus genitales. Aunque las leyes obligan a los fabricantes a guardar esta información a buen recaudo, lo cierto es que las medidas de seguridad todavía no son del todo eficaces. Se han reportado casos en los que terceros han accedido a estos datos, para después, extorsionar a los afectados. Debemos tener presente que al adquirir robots sexuales personalizados estamos ofreciendo datos sobre nuestras actividades sexuales, preferencias y datos biométricos. Por lo tanto, siempre existirá el riesgo -mínimo- de que alguien son escrúpulos los utilice contra nosotros.
Otra cuestión que preocupa a la sociedad tiene que ver con la moralidad de usar estas máquinas. Los «sexbots» nos dan oportunidad de recrear escenarios en los que una persona- en este caso, el robot- está llevando un acto sexual en contra de su voluntad o consentimiento. Esto puede desembocar en aumento de la explotación sexual en la vida real que tendría consecuencias fatales para la sociedad si no se regula correctamente. Por todo ello, algunas personas están defendiendo que el acceso a estos juguetes debe limitarse solo a edades específicas. También hay quienes abogan porque los fabricantes incorporen en las muñecas sexuales con IA una serie de protocolos de consentimiento que el usuario debe cumplir antes de usarlas. No obstante, estas normas están aún lejos de poder implementarse. La aparición de los «sexbots» con IA ha supuesto para la industria adulta (que también incluye el cine adulto, los chats de porno en vivo, las líneas eróticas o la prostitución) un mundo lleno de posibilidades, pero también de responsabilidades.
El futuro de los robots sexuales con IA en la sociedad
Cualquier gran avance tecnológico viene con sus ventajas y desventajas. Las muñecas sexuales con IA no se escapan a esta premisa. Tienen su parte positiva y negativa. De hecho, ya están teniendo un gran impacto en nuestra sociedad en ambos casos. Por ejemplo, el uso indebido o desmesurado de estos dispositivos está poniendo en un apuro a quienes sostienen que no afectan a la ética humana. En países como Japón, Corea del Sur o Estados Unidos, los casos de usuarios que afirman haberse enamorado de estos dispositivos o que no diferenciaran entre el sexo con una persona y la máquina están aumentando. Obviamente, esto tiene unas consecuencias muy graves para el ser humano: desensibilización hacia la intimidad humana, deshumanización de las mujeres y niños, cosificación del cuerpo humano, dificultad para interactuar con personas reales, etc. Sin embargo, la situación no es tan negativa como pudiera parecer.
Cuando los «sexbots» con IA se emplean de la manera correcta, aportan muchos beneficios a la sociedad. Los encuentros sexuales con estos dispositivos nos permiten conocernos mucho mejor desde un punto de vista sexual y satisfacer nuestro deseo de mantener relaciones sexuales con otras personas. Por lo tanto, mejoran la autoestima del usuario. Esto es especialmente importante para aquellas personas que no tienen la fortuna de contar con una pareja para tener relaciones. Además, estos juguetes son la manera en que personas con discapacidades o ansiedad social o incomodidad al interactuar con humanos pueden también llevar una vida sexual plena.
Finalmente, las muñecas sexuales están comenzando a diseñarse también para combatir la soledad, no solo como un juguete sexual. Los modelos más avanzados incorporar una IA que les permite charlar con los usuarios sobre tomas de toda índole y apoyarlos emocionalmente. Estas capacidades -que se encuentran en desarrollo- permitirán a muchas personas mitigar su soledad. Digamos que los robots sexuales con IA del futuro harán una función similar a la de las modelos de webcams porno: satisfacer necesidades sexuales al tiempo que ofrecen una compañía y apoyo de calidad al cliente.